En casa de belén, haciendo crepes con Jenni.
- Belén ¿Esta te lo a contado? - dice Jenni con sonrisa pícara -.
- No, ¿Qué tenía que contarme?
- Eso eso, dilo que yo también quiero saberlo - digo con perplejidad -.
- ¡No te hagas la tonta! Lo de el otro día, en la playa.
- No pasó nada en la playa.
- ¿Ah, no? - dice maliciosa - ¿Y lo del vigilante?
- ¿Qué es lo del vigilante? - dice Belén sin entender nada -.
- Nada - digo - esta que está tonta, estuvimos en la playa, empezó a llover, nos metimos debajo de la caseta central de los socorristas, y uno de ellos bajó a.... No sé, ¿mirar el mar?
- Se puso cachondo escuchándonos....
- ¡Jennifer, por dios! No hables así. Y además, no es verdad, podríamos ser sus hijas.
- Clara, no seas exagerada. A ti te tiene loquita.
- ¿Eso es lo que me tenías que contar? - dice Belén riéndose -.
Y así, entre risas pasamos la tarde, ellas chinchándome, y yo defendiéndome. Pero al final acabo cediendo, si, me gusta pero solo un poquito. Y Jenni, no para de hablar de él, de su sonrisa, de sus ojos, y de todo lo que yo he estado pensando en estos tres días. Y de repente, un arrebato, mi corazón me grita que ya basta, basta de cedérselos, basta de rendirme antes de intentarlo, basta de pensar que al lado de ella, no tengo posibilidades. Y aunque parezca una locura, esta vez no. Aunque sepa que es imposible, que ni de coña, va a querer con ninguna de las dos, pero antes de que Jennifer, se le insinúe, ahí voy a estar yo. Y lo suelto.
- A mi también me ha pasado.
- ¿El qué? - dicen casi al unisono -.
- También me he acordado de ese uniforme, de esa cara, de esa voz, de esos ojos, de su mirada...
- Osea, que no te gusta solo un poquito - dice Jenni algo frustrada -.
- No, me gusta bastante.
- ¿Por qué siempre te tienes que fijar en los tíos que me molan?
- ¿Qué? Eres tú, la que ni se fija en un chico hasta que yo te digo lo mono que es y tardas minutos en estar comiéndote la boca con él.
- Chicas... - me corta Belén - creo que deberíais callaros un poco antes de arrepentiros de decir algo fuera de lugar.
- No, dejala , eso es lo que piensa ella de mi, que soy una buscona, pero, ¿sabes qué? Que yo no tengo la culpa de ser mejor que ella en todo.
Y así nos tiramos un buen rato, discutiendo. Pero conseguimos llegar a calmarnos. Y Jenni propone un pacto. Algo, que sabe que acabará a su favor, pero lo hace para joderme. Pero yo, cansada de sentirme inferior, lo acepto: Él, si elige entre las dos, sea quien sea, se quede con quien se quede, aunque solo sea para 4 besos y ya está, la otra, la que se quede sin él, no deberá enfadarse, todo lo contrario, deberá alegrarse.
Sé, que una vez más, perderé, y que me tendré que humillar felicitándola, pero esta vez, no quería que ella se sintiese superior.
- Belén ¿Esta te lo a contado? - dice Jenni con sonrisa pícara -.
- No, ¿Qué tenía que contarme?
- Eso eso, dilo que yo también quiero saberlo - digo con perplejidad -.
- ¡No te hagas la tonta! Lo de el otro día, en la playa.
- No pasó nada en la playa.
- ¿Ah, no? - dice maliciosa - ¿Y lo del vigilante?
- ¿Qué es lo del vigilante? - dice Belén sin entender nada -.
- Nada - digo - esta que está tonta, estuvimos en la playa, empezó a llover, nos metimos debajo de la caseta central de los socorristas, y uno de ellos bajó a.... No sé, ¿mirar el mar?
- Se puso cachondo escuchándonos....
- ¡Jennifer, por dios! No hables así. Y además, no es verdad, podríamos ser sus hijas.
- Clara, no seas exagerada. A ti te tiene loquita.
- ¿Eso es lo que me tenías que contar? - dice Belén riéndose -.
Y así, entre risas pasamos la tarde, ellas chinchándome, y yo defendiéndome. Pero al final acabo cediendo, si, me gusta pero solo un poquito. Y Jenni, no para de hablar de él, de su sonrisa, de sus ojos, y de todo lo que yo he estado pensando en estos tres días. Y de repente, un arrebato, mi corazón me grita que ya basta, basta de cedérselos, basta de rendirme antes de intentarlo, basta de pensar que al lado de ella, no tengo posibilidades. Y aunque parezca una locura, esta vez no. Aunque sepa que es imposible, que ni de coña, va a querer con ninguna de las dos, pero antes de que Jennifer, se le insinúe, ahí voy a estar yo. Y lo suelto.
- A mi también me ha pasado.
- ¿El qué? - dicen casi al unisono -.
- También me he acordado de ese uniforme, de esa cara, de esa voz, de esos ojos, de su mirada...
- Osea, que no te gusta solo un poquito - dice Jenni algo frustrada -.
- No, me gusta bastante.
- ¿Por qué siempre te tienes que fijar en los tíos que me molan?
- ¿Qué? Eres tú, la que ni se fija en un chico hasta que yo te digo lo mono que es y tardas minutos en estar comiéndote la boca con él.
- Chicas... - me corta Belén - creo que deberíais callaros un poco antes de arrepentiros de decir algo fuera de lugar.
- No, dejala , eso es lo que piensa ella de mi, que soy una buscona, pero, ¿sabes qué? Que yo no tengo la culpa de ser mejor que ella en todo.
Y así nos tiramos un buen rato, discutiendo. Pero conseguimos llegar a calmarnos. Y Jenni propone un pacto. Algo, que sabe que acabará a su favor, pero lo hace para joderme. Pero yo, cansada de sentirme inferior, lo acepto: Él, si elige entre las dos, sea quien sea, se quede con quien se quede, aunque solo sea para 4 besos y ya está, la otra, la que se quede sin él, no deberá enfadarse, todo lo contrario, deberá alegrarse.
Sé, que una vez más, perderé, y que me tendré que humillar felicitándola, pero esta vez, no quería que ella se sintiese superior.
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