lunes, 30 de abril de 2012

Capítulo 9. Ridícula.

Es por la tarde. Estoy en casa, sin muchas ganas de salir. Aunque mi interior me grita, me grita que si, que quiere ir a Playa Azul. Pero no quiero bajar con Jenni, y Belén, Maria y las demás no salen entre semana. Vaya, que me espera una tarde de lo mas aburrida. ¡Alba! Me acuerdo de mi prima, sonrío y la llamo. En poco rato ya estoy con ella de camino a la playa. Le voy contando mientras llegamos, el porqué quiero ir hasta allí. Ella cree que lo conoce, de vista. Y entiende que esté loquita, pero no hasta el punto en que me queme tanto esta situación.

Llegamos, y veo arriba a Jose, mirando por los prismáticos el mar. Giro la cabeza y lo veo a él. Allí, en el agua, nadando.

- Clara.
- ¿Si?
- Es el mismo que yo decía.
- Está tan bueno.
- Por eso mismo que acabas de decir, deberías pasar de estar con el rencor ese hacia Jenni, ella es tu amiga, y él, es solo un tío al que has visto dos veces en la vida y que te resulta que está muy bueno.
- Visto así, llevas razón. Pero lo de que está bueno, es un complemento más. Te aseguro que no es solo eso. La primera vez que lo vi... No sé explicártelo, fue algo mágico, me dio miedo, pero a la vez... tranquilidad, fue, un sentimiento que duró solo un par de segundos, pero esa mirada tan penetrante... Quiso decir algo. ¿Y ayer qué? Me dijo que le hubiera gustado hablar conmigo, lo dijo mirándome a los ojos, de una manera especial, como nunca antes me habían mirado.
- Prima, quizás todo eso esté en tu cabeza, lo de las miradas y el no se qué.
- Joder Alba, que no estoy loca. ¿Y lo de ayer?
- Lo de ayer, pues quizás, y lo mas seguro, es que como no eres muy habladora con las personas que no conoces, y le hubiera gustado hablar más contigo, no sé, pues por que sí, por curiosidad, o yo que sé.
- No sé.
- Tu misma me has dicho como miraba a Jenni.

Y aquello me hace callar. Me duele el recordar aquello. Joder, no me entiende, es la primera vez que mi prima no me entiende, y la primera que no me sé explicar. Nunca había sentido tanto dolor. Nunca. Nos sentamos en la orilla, él sigue nadando. No me ha visto todavía. Belén me llama, y le cuento donde estoy, pero ella me da el mismo consejo que Alba, que me lo quite de la cabeza, que es solo un capricho. Y yo, abducida de tanto consejo, en ese momento, empiezo a pensar que llevan razón, aunque una parte de mí me diga que no.

En ese momento, escuchamos la voz de dos niños pequeños. Me mira mi prima, sabiendo que las dos pensamos lo mismo. Nos giramos, y ahí está ella, Diana. La ex-mujer de mi primo Javi, hermano de Alba. Esos niños son los sobrinos de Alba, y por mucho genio y carácter que tenga, no siente fuerzas suficientes como para levantarse, ya que sabe, que acabarían en una discusión, porque Diana, no la deja que los vea. Y mi prima, al lado de esa, es un mosquito, ya que la otra puede pesar perfectamente más de 100 kilos. A Alba no le salen ni las lágrimas, está hecha polvo. Pero consigo distraerla con otra cosa, hablando de tonterías. Pero me siento observada y no puedo evitar mirar al mar, y sí, no me equivocaba. Él me esta mirando fijamente, nadando despacio, una mirada intensa. Me recuerda a mi sueño, y me ruborizo. Pero no soy capaz de mantener la mirada. Y cuando la vuelvo a alzar el está de pie, en el agua, acercándose a mi. Sonriéndome. Y yo, dejo a un lado la vergüenza, y lo miro, fijamente, y le sonrío también. Pero cuando está a un metro de mi, me quedo confusa, porque no estoy segura de que me esté mirando. Y nos hace a mi y a mi prima un arco, esquivándonos. Lo miramos y Diana está de pié. No me lo puedo creer. Y él, la abraza.

- ¡Hija de puta! - dice Alba – así que ha dejado a mi hermano por este.
- Alba, he hecho el ridículo.

Y después de contarle la gilipollez que he hecho, que seguro que el me habrá visto mirarle y sonreirle como una subnormal, me meto en mi cama y lloro. Lloro porque yo siempre he sido muy insegura, de ahí mi timidez, y me había costado mucho mirarle fijamente, y mucho mas haberle sonreido. Y para una vez que me arriesgo voy y la cago, seguro que habrá pensado que soy una puta niñata.

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